Como en un juego de muñecas rusas, Mario Klachko despliega una historia: la de una generación forjada y fragmentada en el trauma, un mundo de virtudes y miserias personales atravesadas por tragedias históricas.
En la prosa de Klachko nada es solemne ni grave; todo en su relato es urgente y primordial. Sin concesiones políticas ni literarias, por momentos dotada de un humor brillante y brutal, esta novela nos invita a pasear airadamente por el filo del abismo, allí donde convergen la utopía con el delirio y lo extraordinario con lo mundano.
Ville Evrard es, ante todo, una pieza faltante e impensada en el escenario de la literatura argentina contemporánea, aunque acaso sea mucho más que eso.
Aotearoa narra las vivencias de Sebastián Blem, un joven mochilero argentino, en su viaje iniciático hacia Nueva Zelanda, donde trabajó y recorrió las tierras de la gran nube blanca durante un año.
$180,00
Imagine el lector que sale de su casa, dentro de su cartera o bolso lleva este pequeño libro, pero sin saberlo está cargando uno de los museos contemporáneos más completos del mundo, el verdadero museo callejero, donde lo social y sus complejas intersecciones son las diversas muestras y exposiciones que inauguran este mes.
En sus salas podrá encontrar a una prostituta enamorada de un cliente matricida, a un fiscal morboso, a un poeta imantado por un ángel, a un ex soldado caníbal, a un anciano obsesionado con su requinto, a un joven desencantado y abandonado hasta por su propio cuerpo y madre, a un borracho flaneur, a un guardia de seguridad obnubilado por el poder de la pólvora, a una esposa que huye de su instinto asesino... Tenga cuidado el lector: el museo abre cuando usted lo disponga, pero nadie puede garantizarle un horario de cierre y mucho menos una salida de emergencia.
$250,00
"Para escribir, y lo comprenden los antologadores de Despertar de la Hydra, Juan Romero Vinueza y Abril Altamirano, hay que emperifollarse como para la mejor de las citas, como para cumplir la mayor de las encomiendas. Recordemos que el mejor cartero viste de frac. Su tarea es estoica, y hay que cumplirla a cabalidad. El mejor cartero sería aquel que infringe la ley, abre el sobre, corrige la ortografía, la caligrafía, reescribe una carta lapidaria, una carta confesional, y evita que los verdaderos besos que se enviaron por medio de ella y que son el alimento de los fantasmas, sean hurtados en el camino. El mejor cartero es el que jamás cumple con su labor, pero que al incumplirla la adosa de sentido, magia, de una voz que se parece a la de Dios.
Nuestros autores de Despertar de la Hydra son el vivo ejemplo de estas elegancias."
Carlos Vásconez
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